Con gran tristeza nos hemos enterado del fallecimiento de Eugenio Rojas el pasado 4 de noviembre del presente año en Kuala Lumpur, Malasia, a la edad de 55 años, después de una fuerte enfermedad, con la que luchó con gran valor durante dos años.
Eugenio fue uno de los incondicionales de Aviagen y era muy conocido para mucha gente en la industria avícola de todo el mundo, no sólo como un colega del negocio, sino como un amigo, así como un caballero realmente inolvidable.
Eugenio Alberto Rojas Asenjo nació en Santiago de Chile, el 12 de septiembre de 1954, uno de cuatro hermanos. Se enorgullecía de ser el padre de tres hijas: Francisca, Catarina y Carolina. Era veterinario de profesión y las aves eran su vida: obtuvo su licenciatura de la Universidad de Concepción en Chile. Después de graduarse, trabajó en una serie de compañías avícolas en Suramérica, particularmente en Chile, Ecuador y Brasil.
A principio de la década de los 90, empezó su carrera con la marca L. I. R., en la cual tuvo un papel decisivo en el éxito de los últimos 20 años. Su dedicación a L. I. R. y sus clientes hizo un negocio y marca fuertes que serán por siempre un legado a su determinación y amor por nuestra industria.
Eugenio era una persona realmente carismática con una personalidad exuberante, una sonrisa contagiosa, un entusiasmo que no sabía de límites y una forma especial de hacer que todos que los que tuvieron el honor de conocerlo se sintieran especiales y felices. Su energía era inagotable y le encantaba viajar por el mundo, conocer gente y hacer relaciones por todos lados. Era un magnifico narrador con un sentido fabuloso del humor que hacía que él y los que lo rodeaban rieran en amistad. Su entusiasmo por la vida va a ser uno de sus muchos legados, así como sus correos electrónicos especiales con oraciones políglotas y "grandes abrazos" al final.
Los clientes de L. I. R. de todo el mundo han enviado mensajes de pésame a Aviagen; en todos ellos se comentaba del trabajo duro de Eugenio, amabilidad y optimismo, así como su talento como conferencista en los muchos seminarios y conferencias a los que asistió, encantado de intercambiar su conocimiento con los clientes.
Bob Dobbie, Presidente de Negocios Internacionales de Aviagen y amigo cercano, nos participó de sus recuerdos de Eugenio: "El mundo era nuestro lugar de trabajo y los viajes corrían por nuestra sangre. A Eugenio le encantaba la sensación de un viaje largo en avión; siempre decía que dormía de lo mejor en un vuelo de 14 horas. Siempre moviéndose, siempre trabajando, siempre hablando y aprendiendo, viajamos de país en país, pero sin importar por dónde viajábamos, siempre saboreaba regresar a casa a su precioso Chile.
Eugenio emitía afecto y felicidad a todo aquel que conocía; todos los que entraban en contacto con él, se contagiaban de su personalidad y sentido del humor, por lo que el mundo es ahora un lugar mucho más vacío sin él".
